La bendición de gestar el futuro de la raza humana

Este blog para mí es muy especial, trata principalmente dar homenaje a quienes son las encargadas de mantener la vida en el mundo, las que tienen la tarea más impresionante, gratificante y emocionante que es gestar un embrión, alimentarlo, mantenerlo, cuidarlo y al final traerlo al mundo para que cumpla la misión que Dios le tiene encomendada en la tierra.

Tarea para nada fácil, de hecho me atrevo a decir que definitivamente Dios en su obra perfecta, formó a la mujer con la aptitud adecuada para este propósito, por lo que sostengo que la mujer fué lo mejor que Dios pudo haber creado. No lo escribo únicamente por lo que una mujer representa, sino por ser la compañía perfecta para formar una sola carne con el hombre con quien ella decida.

Nuestras madres nos han hecho reír, nos han secado las lágrimas, nos han abrazado muy fuerte, nos han visto triunfar, nos han visto fallar, nos han dado ánimo para seguir adelante, nos han REGAÑADO, nos han consentido, todo esto ha moldeado nuestro carácter y brindado la fortaleza que en algún momento hemos necesitado para afrontar las dificultades de la vida. Las madres son las amigas incondicionales, protectoras y consejeras que tendremos mientras vivamos (ambos).

Yo tuve la dicha de tener una madre que dió todo por mí, solo yo sé cuanto ella se sacrificó porque yo tuviera la mejor educación , en la medida de sus posibilidades económicas; las trasnochadas que se dió por mi culpa, los malos ratos que le hice pasar en mi temporada de rebeldía en la adolescencia, la alegría que le dí cuando la hice abuela de su primer nieto varón. Tantas cosas que podría mencionar, que resumo en que el día de hoy, puedo decir que gracias a mi madre, soy un hombre responsable, independiente, temeroso de Dios, y con tanto que aportar a la familia, a la sociedad y al país.

Te felicito, madre, por haber tenido la valentía de traer una vida al mundo, pasando por encima del miedo y dolor del parto, a veces pasando por críticas, abandonos y superando todos los obstáculos presentes, ya sea con el apoyo o no de la familia, en la soledad; logrando que ese fruto divino regalado por Dios, se convierta en el hombre (o mujer), con valores morales, cívicos y espirituales, evitando con ésto que sea otra carga más para nuestra sociedad.

Les exhorto a que nunca desfallezcan y que le pidan la fortaleza a Dios para continuar su magna obra.

Salud y bendiciones!