Quien no vive para servir, no sirve para vivir!

Dios me regalo un mensaje directo, este es la forma correcta cómo debo servir o dar al prójimo, con generosidad y con el corazón (con ganas de dar y servir al prójimo). Esto me lleva a la reflexión porque a veces he dado esperando algo a cambio de parte la persona o de parte de Dios. Ahora Dios me aclara que para que mi servicio o mi limosna tengan valor, debo darlo sin esperar nada a cambio de nadie... Ni de Dios. Y esta es la forma en que tendrá valor. Luego el evangelio me dice que no debo apegarme a la vida terrenal. Esto para mí ya fue superado hace mucho tiempo, ya que mi forma de ver la vida (espiritual) ha hecho mucho con respecto a esto. Yo vivo el hoy, sin darle valor al ayer y despreocupado por el mañana. Esto no quiere decir que lleve una vida desordenada, sino que ya entendí que estamos aquí de paso y en cualquier momento Dios nos llama a Él cuándo lo crea conveniente o cuando considere que ya cumplimos nuestra misión terrenal. Por lo que vivo hoy como si fuera a morir mañana... No dejo que nada me robe la calma ni La Paz, cumplo con todas mis responsabilidades, sirvo en la medida de mis posibilidades económicas e intelectuales y trato de mantener buenas relaciones interpersonales con el prójimo. Soy pecador igual que el resto de los mortales, y estoy clarito cuál es mi pecado (debilidad) y lucho todos los días para no caer en tentación... Unas veces con éxito otras veces caigo. Lo importante es que tengo temor de Dios y pongo rodillas en piso ante El cuándo tengo que hacerlo.